jueves, 21 de junio de 2007

CRISTÓBAL ZAPATA





Menciona a:

Francisco Granizo

Roy Sigüenza

Iván Carvajal

Javier Ponce

Alexis Naranjo

Galo Alfredo Torres

César Molina


Cristóbal Zapata (Cuenca, Ecuador, 1968). Ha publicado los libros de poesía Corona de cuerpos (1992), Te perderá la carne (1999), Baja noche (2000) y No hay naves para Lesbos (2004), y el cuarteto narrativo El pan y la carne (2007). Ha editado la antología de relatos de Huilo Ruales Hualca Historias de la ciudad prohibida (1997) y la poesía reunida de Roy Sigüenza Abrazadero y otros lugares (2006), ediciones precedidas de exhaustivos estudios introductorios. Es además autor de numerosos ensayos sobre arte y literatura, y curador importantes exhibiciones dedicadas a artistas ecuatorianos. Actualmente se desempeña como coordinador académico del Certamen de Poesía Hispanoamericana “Festival de la Lira”, y director de Proceso/Arte Contemporáneo, galería de la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay. Reside en Cuenca.



  • POÉTICA


(minúscula poética)
Entiendo la poesía como epifanía: ese momento privilegiado en que la realidad levanta su velo y hace visible su secreto, su verdad recóndita; ese instante siempre repentino e inesperado cuando el telón del mundo se pliega para revelarnos lo otro, lo sagrado y numinoso, todo aquello que la escritura redime de su anonimato y fugacidad concediéndole una belleza duradera. Por principio el poeta esta llamado a capturar estos momentos –como bien lo sabía y quería Joyce-, y esa manifestación para mi es primordialmente visual. Entonces en la visión, en la imagen está el punto de partida de mi poesía, y pienso que las imágenes vienen envueltas en su propio tempo, en su propio ritmo. No en vano, en griego “epifanía” significa aproximadamente: “el amanecer de la luz del día”, más que una acepción una imagen, la imagen que al anunciarlo inaugura el poema.



  • POEMAS



LECCIÓN DE ASTRONOMÍA

Sobre el rostro de la madre
con la punta del dedo
la hija traza las constelaciones:
del mentón a la frente,
del pelo a la boca
dibuja Orión, la Cruz del Sur
la Osa Mayor.
En la cara amada el padre lee
una noche de cifras
una mañana de estrellas.

(inédito)



GEODESIA

Tan pronto la memoria
empieza a recordar
el cuerpo recién amado
como si apenas volviese del amor
ya fuera visión, o sueño, o sombra.
Del tuyo me queda
la curva negra de tu frente
la suave estribación de tus costillas
la cordillera ósea de tu espalda
la cavidad salina de tu vientre.
Me queda también
la línea azul que has dibujado en tu cintura
como aquella otra
que imaginaron los geodésicos
para dividir el mundo en dos.
Pongo mi mano sobre tu línea
y la Tierra es mía.

(de No hay naves para Lesbos)



STONE

El gesto dura unos segundos
(destello y obturación de la luz)
Sharon desmonta
para volver a montar
su pierna brillante de seda
sobre la otra, briosa de sed.
Pero en ese centelleo del aire
en esa ráfaga de tiempo,
desnuda debajo de su falda diminuta,
ha dejado entrever el bosque
y la noche,
la misteriosa piedra revelada
sobre la que los hombres edificarán su templo.

(de Te perderá la carne)



AQUÍ REINA UNA EMBRIAGUEZ MUY GRANDE


Aquí reina una embriaguez muy grande,
una locura del porte del mundo.
Cuando cae la tarde del páramo
o el sol imperial,
brindamos copitas de sake
o hirvientes traguitos de caña,
para olvidar la razón.
Vamos a hacerlo otra vez:
Yo soy Kichi San, tú Sada.
Esta vez nos estrangularemos de veras
sin más preámbulos ni simulacros.
¿Quién algún día osó llamar decadente a nuestro imperio?
Come de mi sexo
despacio, despacio.
Aprieta mi cuello
lentamente, lentamente.

(de Baja noche)