martes, 5 de febrero de 2008

PACO BENAVIDES



In Memoriam

(San Gabriel, 1964 - Suiza, 2004). Poeta y sociólogo. En la década de los ochenta formó parte del taller literario Matapiojo. Sus textos se han publicado en revistas nacionales como La joven motocicleta y Línea imaginaria. Opinando sobre Tierra adentro, la poeta Aleyda Quevedo, señala: "Es un libro hecho a la luz del talento de los orfebres. El lenguaje demuestra que son años y años de trabajo." Deja los siguientes libros de poesía: Historia natural del fuego (Quito, 1990); Viento sur (Quito, 1995); Tierra adentro (Quito, 1997); Canto XI de la Odisea (Quito, 1997).

  • POETICA POSIBLE

Belleza hizo que me fije en Belleza/ y mi canción pase de moda.

  • POEMAS

i

Charlábamos, paseando, viendo, yendo por las calles entrando y saliendo de los bares, o echándonos el último cigarrillo cerca de la estación. Acordándonos. Del vellocino olvidado a la intemperie. Luego un sorbo y otro hasta un punto yermo y ferruginoso. Entonces la creciente nos hacía huir hacia las montañas. Otros ponían canciones y otros pura lata pero incluso así, participativos. Nombrando nombres agudos y rostros tostados y callosos, completábamos la broma. Enumeraban barrios, collados, recintos y monedas locales. También se acordaban de los ojos, como decía uno de aquellos acordándose de la muerte. Las historias escabrosas fueron contadas a corro. De repente vimos humo. La ciudad se incendiaba. La ciudad parecía más real, menos abstracta, con tanto civis romanus gritando como locos, yendo de aquí para allá, sin saber donde meterse. Se tiraban al lago, forzaban los sótanos. Fue en ese momento que describiste las colinas, los huertos, la fauna. Después llovió y la lluvia triste nos dispersó. Unos se fueron por los valles, otros cogieron tierra adentro; los más, se quedaron, “por si las moscas”. Nunca supiste hacer, digamos, una canción prolija.


v

Eres como esa ciudad: ónice negra, que da tristeza y pesadillas; veyentana que resiste el fuego haciéndose fuego. Abraxas, mirada de carbón de los durmientes. Callejones que dan vuelta alrededor del paseante. Renegridas torres, ventanas ovales cuyo valor es nocturno. Apostadero donde se oye muchas lenguas polvorosas. Black-out sibilino, hermético, enigmático, cabalístico, opioso. El ágaro en cenizas. Ovejita negra virgen ctónica. Vellón de Kali. Sable. Eres la decimotercera. Parirás. Te multiplicarás en más sombra. Ibant obscuri. Iban ocultos. Contento de verte aparecer con tus crines negras. ¿Quod Ursa fuit? Boca de sombra. Fauces de la Osa. Quimera negra harpía negra gorgona negra sirena negra coatlicue negra. Honra diverso a tu encanto oscuro el río lodoso que cuece mis versos.


vi
pero qué puedes tú ofrecer oh progreso
en una ciudad con gatos castrados
y un campo lleno de alcantarillas
entre los pinos.


ix

a)
El Santo Día de las palabras. Criminales y verdugas, llenas de esplendor. De clemencia, de profanación. El fasto del lenguaje su dispendio verbal. La cópula de los signos el sentido esotérico de cada sintagma: zona de turbulencia, campo minado. Credulidad en las palabras infidelidad de las palabras. Leve disolución de la lengua.

b)
Y las trataba, a las palabras, como borregas negras.

c)
Y vió la página en blanco:
choza nipona
delicado barroco del vacío.