jueves, 3 de enero de 2008

FRANKLIN ORDÓÑEZ LUNA





Menciona a:
David Ledesma Vásquez
Cristóbal Zapata
Francisco Granizo Ribadeneira
Roy Sigüenza

Franklin Ordóñez Luna (Loja, Ecuador, 1973). Licenciado en Ciencias Sociales Políticas y Económicas. Licenciado en Lengua y Literatura. Especialización en Filología Española en la Universidad Complutense de Madrid.
Fue Coordinador del Taller de Literatura de la Casa de la Cultura, Núcleo del Azuay. En el 2002 publicó el libro de poesía Mapa de sal (Línea Imaginaria, Casa de la Cultura Núcleo del Azuay y Universidad de Cuenca) En el 2004 publicó el libro A la sombra del corsario (Colección: La (h)onda de David, Casa de la Cultura Núcleo del Azuay, Universidad de Cuenca, Alianza Francesa). Su tercer libro (2007) A cambio de monedas o palabras, fue publicado en la Colección Angel Terrible.
Reside en Cuenca. Se desempeña en la cátedra y el periodismo.
Textos poéticos suyos han sido publicados en España, Argentina, México, EEUU.

  • POÉTICA

Escribo porque solo bajo las máscaras he dado con mi piel, con la verdad de la vida y las palabras.

  • POEMAS

AUTORETRATO

Momificaré el pasado y lo enterraré
En las catacumbas de mi corazón
Inventaré un alfabeto y en las paredes
Contaré mi historia.

(De Mapa de sal)


MANUEL

Vale la pena haber nacido / sólo por oír pasar el viento, dice Pessoa;
yo prefiero las cadenas de tus labios,
tus manos como garras,
tu esperma por mi sangre.

(De A cambio de monedas o palabras)



RUM TUM TUGGER

Para Juan Diego, entre Jesús y Madonna.


I

Cabrón, volverás cuando la ciudad esté a oscuras. Perro de la dicha.
Desde el tejado, pediré permiso para arribar al lecho de tu corazón.
Sube, baja, trepa. Encadémonos con los brazos hasta el amanecer.

II

Porque tu corazón es una grieta.
Porque escudriñas en la noche y tus cuchillos son música en mis labios.
Porque asomas en mi tejado cuando te place, tomas posesión de mi carne, mis huesos; desnudos clavamos el amor donde nos da la gana.

Porque te aterra mi historia de Jesús y los gladiadores (Tonto, la inventé para ti, para que te ames en mis palabras)

III

Te he dicho que el silencio es música en tus manos.
Que dormido cuelgas las alas y te enroscas en mis brazos.

Volverás cuando la ciudad esté a oscuras. Me engatusarás hasta el amanecer.

(Texto inédito)


A LA SOMBRA DEL CORSARIO

El único destino es seguir navegando
en paz y en calma hacia el siguiente naufragio”.

José Emilio Pacheco,Titánic.


Se retuerce la noche, animal en celo. Perfora la piel, los huesos donde escribo la historia. Sube el mar: espejo y pájaro de agua; siembro tulipanes en el vientre de gaviotas. Recorremos Goya, de las bocas del metro emergen relámpagos, delfines, toros que navegan sobre espadas. Pero abres las alas, desapareces. Enloquecido me lanzo a la ciudad, te busco. Azoto mi cabeza contra el muro. La marea me arroja al país de barro y espejismos, de gangrena y minerales. Torpes las montañas me consuelan con historias de amores quemados. Te retengo en pedazos de papel, en mi piel donde dibujaste ciudades muertas. Te retengo en historias de hormigas, en la balanza, la sal que bebí de tu espalda. Lanzo mis alaridos a la cordillera, al nudo lleno de paja y fantasmas. Qué lejano el invierno, sus noches, nuestro lecho de metal y marihuana. Qué cercana tu voz, tus palabras con piedras de sol… Tus manos que atraparon las mariposas de mi garganta.

(De A la sombra del corsario)